miércoles, 3 de septiembre de 2008

El final, del verano...



…llegó, y tú ¡trabajarás!

Si señores, el verano ha terminado. La época estival no termina oficialmente hasta el día 21 del presente mes, pero extraoficialmente la nueva temporada en nuestras vidas comienza con el 1 de septiembre.

Que termine el verano tiene cosas buenas y malas. A saber, entre las malas podemos citar que cierran las terrazas, cesa ese ambiente de relax que reina sobre todas las ciudades -en especial en las zonas de playa-, los viajes, el trasnochar fuera de casa... En definitiva, se nos acaba el chollo. Entre las buenas, personalmente puedo nombrar muchísimas más: el calor va remitiendo, los mosquitos e insectos varios van muriendo y/o emigrando, cierra el chiringuito veraniego donde sólo ponen regueatton, los niños porculeros vuelven a dar voces, berrear y dar patadas al balón dentro de sus casas, las abuelas suicidas ya no salen a tomar el fresco al medio de la calle para que tú juegues a esquivarlas cuando vas con tu coche… Pero sobre todo, si una cosa tiene buena que el verano termine es que la gente vuelva a ocupar sus lugares de trabajo acostumbrados y cumplir sus obligaciones pertinentes. Durante las vacaciones son malas fechas para muchas cosas. ¿Qué su coche se queda sin frenos? No intente llevarlo al taller, encontrará un cartel que diga “cerrado por vacaciones”. ¿Que usted se pone enfermo y necesita una operación? Lo siento, vuelva en septiembre, en vacaciones no operamos. Si en vacaciones no tiene nada que hacer una buena opción para pasar el tiempo es hacer, pongamos, un puzzle, pero tranquilo, si le falta la última pieza no intente llamar a servicio de atención al cliente para pedir que le repongan la pieza perdida, no le responderá nadie, inténtelo de nuevo en septiembre. La factura del teléfono le ha venido este mes con un recargo de 100€, no intente contactar con el operador para reclamar, en vacaciones ya se sabe. No intente tampoco llamar a su novia/o para salir a pasear cogiditos de la mano compartiendo un helado, no señor, las relaciones sentimentales también tienen derecho a tomarse sus vacaciones, que bien se lo merecen, ¿o qué pensaba? Vuelva a intentarlo en septiembre.

Así que ya lo saben, las vacaciones han terminado, sí, pero alégrense que no sólo vuelven ustedes al trabajo, ¡lo hace todo el mundo!

1 comentario:

Anónimo dijo...

cosas buenas de que acabe el verano:
volver a taparte con la mantita suavecita y leer tranquila en casa sin maldecir no tener con quién salir a tomarte una horchata porque están de vacaciones o porque simplemente no están
volver a vestir las mangas largas y los cuellos altos que a mí me encantan y que quedan modernísimos
la empatía de las caras largas y las reuniones en casa
decirle adiós a la dieta que excluye tarrinas de turrón en el parque

Cosas malas:
se acaba eso de tener todos los fines de semana un plan diferente, aunque esto no tiene por qué ser malo...

Si es que no puedo ser objetiva: siempre fui de inviernos